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Realismo en ficción

¿Qué tal? Espero que estén todos bien, dentro de lo que se puede en medio de esta pandemia. Como les había dicho, la entrada anterior me quedó bastante larga. Esta semana, además, estuve abarrotada de mi otro trabajo, por eso hoy vamos a tener algo más corto.


El tema del realismo al escribir ficción es uno que se discute a menudo. Hay personas que dicen “¿cómo pueden los aliens entender nuestro idioma cuando llegan?”, y otras, yo misma incluida, que dicen “¿por qué se preocupan por eso y no por el hecho de que vengan aliens?”. Es decir, ¿buscamos realismo en todo o solo en los detalles que se nos ocurren?


Para empezar, cabe aclarar el hecho de que, a la hora de escribir fantasía y ciencia ficción, hay dos tipos de sistemas: el duro y el suave; ambos términos creados por el maestro Brandon Sanderson.


Los sistemas suaves de magia y ciencia son aquellos donde la magia solo se explica superficialmente, tales como en Las Crónicas de Narnia o El Señor de los Anillos. En estos sistemas el foco no está mucho en la magia en sí, no suele usarse para resolver el conflicto principal y, por lo general, el/la protagonista no la maneja. Hace que la magia sea mucho más misteriosa.


En los sistemas duros se usan explicaciones mucho más científicas, es lo que mueve toda la historia e incluso contribuye a la creación del mundo. Debido a que esto es algo muy difícil de conseguir, no hay muchos ejemplos populares de estos sistemas. Los que encontré son las series animadas RWBY y Hunter x Hunter.


También existen los sistemas híbridos, donde algunas cosas son muy específicas pero otras no tanto, tales como Harry Potter, Avatar y Canción de Hielo y Fuego.


Por supuesto, los sistemas duros se consideran más realistas que los suaves. La pregunta es, ¿lo son realmente? Por ejemplo, en las historias de súper héroes donde les dan explicaciones científicas a algunas cosas, muchos suelen conseguir poderes luego de estar en contacto con radiación gama, pero en la vida real, nadie podría sobrevivir tal cosa.


Otra cosa son las novelas históricas. Toda la ambientación victoriana y detalles sobre la sociedad son muy lindos, pero ¿alguien alguna vez habló de los dientes amarillos, el potente olor a sudor o las partes del cuerpo sin rasurar?


Entonces, ¿cuál es el realismo que deberíamos buscar al escribir ficción?

Para empezar, hay que tener en cuenta que hay tres tipos de realismos y, para todos, quiero poner de ejemplo a nuestro agradable vecino, Spider-Man.


El primero es el realismo en relación a nuestra realidad. Digamos que, si Peter Parker llega demasiadas veces tarde al trabajo, obviamente lo van a despedir. Después de todo, su status de súper héroe es un secreto, por lo que no le consigue ninguna ventaja en su vida mundana.


El segundo es el realismo en relación al mundo ficticio. En la vida real, ninguna telaraña es tan fuerte para sujetar el peso de una persona, pero en los cómics de Spidey, esto funciona diferente. Debido a que es un sistema suave de magia, los alcances y limitaciones no están muy claros. Las telarañas a veces se rompen y a veces no.


En estos casos, aunque sea un sistema de magia suave, lo más realista es ser consistente. Por ejemplo, y spoiler alert sobre uno de los cómics aquí, hay una ocasión en la que la novia de Peter, Gwen Stacy, está cayendo de un edificio. Como él hizo muchísimas veces, lanzó una telaraña para atraparla, pero la física hizo una aparición triunfal y, debido a la fuerza con que la capturó, a Gwen se le rompe la espina dorsal y muere.


Esto, por supuesto, es una táctica de los escritores para crear drama. El problema es que Spidey había salvado a cientos de personas de la misma forma, entonces se siente “irreal” el hecho de que, de pronto, resulta que las leyes de la física sí aplican a él y su mundo. 


Esto es a lo que me refiero con ser consistente. Lo más importante que un escritor/a debe tener en cuenta sobre su sistema de magia son sus límites y alcances, y asegurarse de que estos sean consistentes a lo largo de la historia. Si los mismos cambian en algún momento, deben dar una buena razón.


El último tipo de realismo es el relacionado a la psicología, aunque yo lo considero más el tener un conocimiento básico de las emociones humanas. Básicamente deben asegurarse de que sus personajes reaccionen de acuerdo a la situación y personalidad.


Si tienen a un villano que estaba despellejando a alguien vivo en el tercer capítulo, no pueden tenerlo llorando por alguien que muere en el quinto capítulo. Si lo hacen, debe haber una buena razón, debería ser una persona demasiado querida para él. Recuerden: consistencia.


Ahora, me gustaría salirme un poco de las historias con magia, y hablar de las que transcurren sin ningún elemento mágico más que la imaginación del autor/a. Las historias que entran dentro del suspenso, misterio, drama, romance.


En estos casos, diría que no mucho hay realismo respecto al mundo ficticio que pueda aplicarse. Se supone que estas historias siguen las leyes de nuestro mundo, usando alguna que otra coincidencia para crear una trama entretenida.


Aquí es donde puede ser más complicado el tema de mezclar realismo con ficción, por el hecho de que muchas veces la realidad supera a la ficción, sino mírennos como estamos ahora. Hay varias cosas que se pueden ver en alguna historia y decir “eso no pasaría nunca”. Pero, cuando uno piensa en ello, sí puede ocurrir, es solo que las probabilidades son bajas. No significa que sea imposible.


Por ejemplo, alguien podría decir que tener un hermano y hermana que se llevan de maravilla es poco realista, pero adivinen qué, hay muchos casos de esos en el mundo. No significa que no discutan nunca, pero son mucho más cariñosos que lo que seguro muchos conocen (si no me creen tómenme de ejemplo, tengo dos hermanos menores que son súper afectuosos conmigo).


Aquí creo que la clave para que nuestros lectores no se quejen de que estamos siendo poco realistas, al usar situaciones que no son muy comunes, es tener distintas formas de una misma situación.


El caso de los hermanos, por ejemplo, sería poco realista mostrar tres pares distintos de hermanos y que todos se lleven de maravilla. Lo mejor sería que unos se lleven mal, otros bien y otros algo en el medio, porque así es en la vida real.


Lo mismo ocurre con las distintas etnicidades o sexualidades de los personajes. Dependiendo del país en donde vivan, debería haber una amplia o escasa variedad de etnicidades. Pero, sin importar de donde sean, debería haber una amplia variedad de sexualidades (a menos que no las mencionen porque no son parte de la trama). Es simplemente la situación del mundo real.


Después ya quedan ciertos detalles con los que nunca está mal ser meticulosos. Por ejemplo, si tienen una novela de misterio con un asesino que es súper inteligente para no dejar pistas, no tendría sentido que lo atrape cualquier tonto sin ningún plan. De nuevo, la clave es ser consistente.

Por último, me gustaría regresar al tema del realismo psicológico. Recuerden tener cuidado de que sus personajes, a la hora de sacar conclusiones sobre algo, tengan los datos necesarios para llegar a la que ustedes necesitan.


Por ejemplo, hay una película llamada La Cita Perfecta donde el protagonista, básicamente, se ofrece a ser compañero de citas para chicas inseguras a través de una aplicación.


En una escena cerca del final él está con una chica que invitó a salir por su cuenta, y que no sabe nada sobre su trabajo como compañero de citas.

Mientras están juntos, aparece otra chica que le agradece por sus servicios y la chica, con la que está en una cita, de inmediato entiende que eran servicios de citas. ¿Cómo fue eso lo primero en lo que pensó? Podría haber sido cualquier tipo servicio, pero claro, era lo conveniente para la historia.

Yo misma he caído en estos problemas, y por eso es muy importante tener lectores beta. También puedes probar ir haciendo encuestas con tus amigos o familiares. Dales exactamente los mismos datos que tienen tus personajes y ve a qué conclusión llega la mayoría. Si no es la misma que la que tú necesitas, tendrás que ofrecerle más información a tu personaje.


Los lectores deberían poder llegar a la misma conclusión que ellos, o al menos darse cuenta de que tiene sentido, una vez que la escuchan y se fijan en la información que les proveíste. Así es como mantenemos el realismo, algo que también se puede aplicar a cuando nuestros personajes están planeando alguna estrategia.


Entonces, dejo esta entrada aquí. Espero que todos puedan sobrevivir la pandemia sin mayores inconvenientes y, como siempre, mucha suerte con sus escritos.

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