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  • Foto del escritorLuna G.

Análisis de obras

Actualizado: 15 nov 2020


Holis. Bueno, al final tardé un montón en publicar esta entrada, pero ya estamos aquí. Esta vez vengo sola a hablar de un tema muy útil, aunque puede ser algo polémico.

Por mucho tiempo, yo disfruté un montón ver a personas analizando obras de ficción. Fue mi primer paso antes de meterme a buscar consejos de escritura y animarme a escribir mi propio libro (corte comercial más adelante).

Durante esas épocas, envidiaba demasiado a esa gente. Quería tener esa habilidad para percibir esos detalles, para poder ver hasta lo más profundo de una historia. Estos días, finalmente puedo decir que lo he conseguido (hasta cierto punto) y llevo un tiempo queriendo poder compartir consejos con ustedes.

No lo hice antes porque, como toda habilidad, empezó siendo algo que no podía enseñar, solo me salía. No presumo tenerlo todo súper claro, pero trataré de darles alguna guía.

Para empezar, quisiera hablar sobre el propósito de analizar obras. Hay mucha gente que cree que enamorarse de una historia solo sucede si no se la analiza, si no se le busca errores o explicaciones lógicas. Esto, ahora que puedo hacerlo yo misma, me parece una falacia absoluta.

Existen historias cuyos defectos yo puedo ver a la perfección, pero he aprendido que una obra tiene demasiados elementos como para tacharla de “mala” porque no es perfecta. Ninguna obra lo es, hay demasiadas cosas que entran en juego.

El cambio que yo siento al poder analizar una historia con un ojo crítico es: 1) admirar más su grandeza al exponer bien sus elementos. 2) aprender de sus virtudes y defectos para mejorar mi propio trabajo.

Si están aquí, es porque pretenden ser escritores y no solo meros lectores. Entonces, me parece sumamente relevante que sepamos reconocer los altos y bajos de otras obras para ver mejor los puntos fuertes y débiles de las nuestras. De esa manera, podemos explotar más nuestras fortalezas y trabajar con nuestras debilidades sin frustrarnos. 

También es bueno a la hora de buscar consejos, porque nos ayuda a distinguir mejor cuáles nos servirán y cuáles simplemente no son para nosotros. Nunca olviden que escribir es un arte y en el arte nadie es dueño de la verdad.

Entonces, empecemos con los aspectos que se pueden analizar de una obra de ficción.


Personajes:


Los personajes bien pueden ser lo más importante en una historia. Particularmente en la literatura moderna, la gente acostumbra querer una historia dependiendo de qué tanto quiere a sus personajes. Lograr que nuestros lectores se encariñen y empaticen con estas personas que creamos puede ser el primer paso a lograr que terminen nuestra historia.

Por estas razones lo puse primeros y aquí van los aspectos que debemos considerar a la hora de analizarlos.


1-Rol en la historia.


Dentro de cualquier trama, existen extras, personajes secundarios, personajes principales y protagonistas. Distinguir su rol en la historia es muy importante para saber qué debemos esperar de ellos.

Los extras son esos que tienen dos líneas como mucho, probablemente ni siquiera se les asigne un nombre. Los secundarios suelen ser más bien recursos literarios. Se los utiliza como herramienta para enriquecer las historias de los principales, aunque también pueden tener sus propios arcos argumentales. Pero nunca tendrán el mismo “tiempo en pantalla” que los personajes principales y, de una forma u otra, siempre están para complementar la historia de dichos protagonistas.

Ahora, los personajes principales son los más importantes en una trama. Tienen arcos argumentales bien definidos, un desarrollo a lo largo de la historia y, por lo general, aprendemos bastante de su pasado también. La única diferencia con el/la protagonista es el “tiempo en pantalla” y su relevancia en la trama principal, por lo que ambos tienen básicamente los mismos requisitos.

Los extras son, en verdad, personajes que no importan. Como mucho pueden mostrar mejor el mundo en el que nos encontramos a través de un comentario que pega fuerte. Por esta razón, no hay mucho que analizar aquí.

Por otro lado, los personajes secundarios sí requieren algo más de atención. Existen mayormente para enriquecer la historia de los principales y ocupan poco el foco de atención, pero pueden tener su propio arco argumental y desarrollo de personaje. 

Aquí lo que se debe ver es cuánto tiempo pasamos con ellos. Si es el suficiente para aprendernos sus nombres y personalidades, deberían tener más peso. No siempre tomarán decisiones que cambien la trama, pero necesitan desarrollarse, pasar por un punto bajo y levantarse otra vez, tener un propósito individual que no esté atado a los personajes principales.

Un arco reducido para un secundario puede ser que empiece como alguien que odia a una especie de aliens de piel rosada en su mundo, hasta que uno de ellos le salva la vida y entonces cambia de opinión. Punto. Fin. Tenemos un arco argumental y desarrollo de personaje para este general estoico que crio al protagonista.

Por último, los personajes principales tienen mucho peso sobre ellos. Deben ser sus decisiones las que alteren la historia (y no simplemente que la historia los lleve a tener que hacer cosas). Deben tener una personalidad distinguible y que no solo los lectores, sino los demás personajes reconozcan.

Aquí es necesario descubrir cuál era el objetivo del autor/a y, para esto, nuestra guía será lo que piensan los demás personajes. Si para nosotros, el héroe es un zopenco que no sirve nada, pero en la trama lo tienen en un altar, está claro que el autor/a quería hacernos sentir lo mismo que los personajes y no lo consiguió.

Entonces, identificar el rol de los personajes nos servirá para saber qué deberíamos esperar de ellos y si cumplieron o no esas expectativas.


2-Desarrollo y coherencia.


En mi opinión, este es el aspecto más importante, lejos. Para que podamos sentir que una historia fue satisfactoria es necesario que algo haya cambiado hacia el final.

Algunas obras muestran el cambio de un lugar (país, pueblo, organización secreta, etc.), otras el de uno o más personajes, pero la mayoría hoy en día intentan hacer ambos. En mi opinión, todas esas opciones son válidas. Lo único que puede fallar, cualquiera sea el caso, es el progreso del cambio.

Si no hay más que un único evento cerca del final que hace que algo o alguien cambie, entonces no es un buen desarrollo. Si hablamos de personajes, la manera en que llegan de un punto a otro debe ser progresivo, con varios eventos de por medio, coherente.

No está nada mal que el protagonista empiece matando a un inocente sin piedad y al final llore por haber tenido que matar a un jefe mafioso abusador, o al revés. Lo que hará que esto tenga sentido es el camino que lo llevó hasta ahí. Esto es lo que debemos ver como lectores/espectadores. 

¿Qué eventos llevan a que se produzcan este cambio? ¿Son muchos o pocos? Muy pocos pueden tener sentido si son muy significativos y muchos si son insignificantes con un gran evento que lleva al cambio total. Por otro lado, si son pocos y no muy relevantes, o muchos importantes y el personaje sigue sin cambiar, pues ahí ya habrá algún problema.

Como dije, se puede hacer una buena historia donde los personajes o el/la protagonista no cambie, pero si hay un cambio, lo que debemos fijarnos no es si la idea en sí tiene sentido, sino cómo está desarrollada.


3-Personalidad.


En mi opinión, puede ser un aspecto muy fácil o muy difícil de conseguir, y creo que todo depende de qué tan bien el autor/a conozca a sus personajes. Sin embargo, más difícil o fácil me parece, a veces, distinguirla.

De vez en cuando la personalidad de un personaje brilla con fuerza desde el principio. En estos casos, pienso que lo que debemos analizar es qué tantos matices tiene dicha personalidad.

Por ejemplo, Tony Stark demuestra su carácter desde el comienzo y de manera constante. Es sarcástico, narcisista y despreocupado. Sin embargo, no es plano, porque cuando el momento es correcto, deja estas actitudes de lado y reconoce la seriedad de ciertas situaciones, evoluciona y crece sin perder ese humor que lo caracteriza.

Lo importante es saber que la personalidad no revuela alrededor de una única particularidad. Hacer chistes no es una personalidad, odiar a todo el mundo no es una personalidad, estar triste por todo no es una personalidad. Personalidad significa tener distintos matices y que los mismos se muestren con coherencia en determinadas situaciones.


Trama y elementos narrativos:


Dejamos el tema de los personajes para pasar a la otra mitad de lo que compone una historia: la trama. Aquí quiero incluir también los elementos narrativos principales (en mi opinión).


1-Coherencia.


De nuevo, la coherencia es esencial no solo para el desarrollo de los personajes, sino para el de la trama. Ambos deben ir de la mano y no que uno determine al otro.

A veces los autores/as tienen una historia planeada y obligan a sus personajes a tomar decisiones sin sentido, porque se niegan a cambiar su plan a medio camino o simplemente no se dan cuenta del error. 

Por ejemplo, digamos que el autor/a tenía decidido que la protagonista iba a matar a su hermana al final. Para hacer de esto un evento trágico, les da una relación de cariño y confianza. Sin embargo, se olvida de darle a la protagonista una razón clara para que mate a su hermana. Entonces, cuando esto sucede, estamos todos más frustrados que heridos.

Eso es un ejemplo, de muchos que podría nombrar, en donde se sacrifica a los personajes por el bien de la trama. Lo que se debe lograr, en cambio, es encontrar un balance.

Por otro lado, puede ocurrir que los personajes lleven la historia, lo cual suele considerarse algo bueno, porque significa que los personajes son activos y no pasivos. No obstante, puede ocurrir que no sea algo del todo bueno.

Supongamos que la trama principal es salvar un reino y, de fondo, tenemos a dos personajes enamorándose en el camino. Si salvar al reino es la premisa principal, la que se usa para vender el libro, ese romance no puede opacar esa historia. O se lo deja más atrás (no olvidado, solo en el fondo) o se lo reconoce como corresponde y se anuncia que ocupa la mitad del libro desde el comienzo.

Hay una diferencia entre tener tramas secundarias que van ganando relevancia y olvidarse por completo de la principal. Por ejemplo. Juego de Tronos siempre fue sobre, como indica el mismo título, una lucha por el trono principal. Hay montones de tramas secundarias, pero todas están guiadas por esa pelea por el poder, porque es la motivación de los personajes principales o lo que afecta la historia de los secundarios.


2-El arma de Chéjov.


Es un nombre fifi (traduzcan mi argentino a su propio vocabulario) para un recurso literario bastante básico. La teoría del arma de Chéjov dice simplemente: “si muestras al protagonista sosteniendo un arma, que la use más adelante”.

Lo que quiere decir se puede explicar de varias formas, yo lo traduciría a: “no dejes cabos sueltos”. En concreto, cualquier cosa que introduzcas, debes desarrollarla.

Por ejemplo, digamos que al principio cuentas que el protagonista perdió su madre de joven y es algo que lo marcó bastante. Perfecto, ahora cuéntanos qué le pasó a la madre.

No se debe tirar comentarios como esos, y exponer que son importantes, para luego no desarrollarlos. No digo hacer que toda la trama gire alrededor de la muerte de su madre, pero mínimo aclarar cómo murió y cómo era su relación, para comprender por qué ese hecho persigue a nuestro protagonista.

De la misma forma, si comentas que dos personajes en determinado momento intercambiaron miradas provocativas, o que tengan alguna relación luego o que algún evento los haga decidirse a no hacer nada al respecto. El punto es no introducir cosas que no serán relevantes luego o no tendrán un cierre apropiado.


3-Exposición y foreshadowing.


Estoy segura que nombré ambos elementos antes, pero por si acaso vamos a definirlos igual.

La exposición es cualquier cosa que se le diga directamente al lector en vez de mostrárselo. Ejemplo, narrar: “ellos eran amigos desde la infancia”, en lugar de que uno de los personajes nombre algún recuerdo de ellos de niños y dejar que el lector asuma que son amigos desde entonces.

Por otro, el foreshadowing (en español se le puede decir “presagio”) se refiere a las pistas que les damos a los lectores sobre lo que ocurrirá luego. Ambos son elementos claves en la narración que es necesario aprender a manejar.

Algunos dicen que cualquier tipo de exposición es mala, que todo debe mostrarse. Esto es una mentira. Cosas de menor importancia no merecen el tiempo de los lectores, por ende, es mejor decirlas. Creo que la exposición es un problema cuando se usa en exceso o cuando se narra cosas que ya se mostraron; eso sí que es grave.

Si un personaje necesita decirle a otro sobre un evento que los lectores presenciaron, debe haber mucha emoción de por medio o ser relatado de la forma más breve posible.

Por otro, el foreshadowing es una de las cosas más difíciles de manejar. A la hora de analizar, debemos intentar hacer predicciones durante la historia y ver qué tanto acertamos.

Si las predicciones vienen a nuestras cabezas al instante, y resultan ser correctas, podría decirse que los presagios no estuvieron muy bien manejados. Si, por otro lado, sacamos un montón de teorías y algunas resultan ciertas, pues no es que esté mal, es que tampoco se deben hacer cosas sin sentido solo para sorprender al público.

Como dije, es una técnica complicada y también difícil de detectar cuando analizamos una obra. Creo que la predictibilidad (traten de pronunciar eso en voz alta tres veces) de una historia viene de cómo maneja el foreshadowing y el uso de tropos o clichés conocidos. Ambas técnicas pueden usarse magistralmente o crear un trama básica y aburrida.

El caso de los tropos y clichés, tanto para poder utilizarlos como herramientas de escritura, como para analizarlos, son algo muy importante de conocer. Vayan a leer algunas de mis entradas colaborativas sobre este tema si les interesa.


4-Objetivos.


En mi opinión, se puede analizar esto solo y con ello determinar si un trabajo estuvo bien hecho o no. Detectar cuáles fueron las intenciones del autor/a es clave, porque de ahí podemos ver si esto se logró o no.

Digamos que, por ejemplo, al comienzo se menciona lo mucho que la protagonista ama a su padre y luego hay una escena donde ella lo ve morir. Claramente, ese pretende ser un momento trágico para el personaje. La pregunta es, ¿tú lo sentiste? ¿Sentiste ese dolor, esa pérdida, esa impotencia?

Analizar lo que una escena quiere lograr, y ver si tuvo ese impacto en ti tanto como en los personajes, es lo que determina algo bien logrado.

No es fácil dar en el clavo con los sentimientos de nuestros lectores, en especial por cómo su relación con nuestros personajes progresa. Puede ocurrir que creemos a un personaje para ser amado, pero algunos lo odien y, por ende, no sientan lo que queremos hacerles sentir en momentos clave.

Este es otro momento en los que, al analizar, debemos intentar ser lo más objetivos posibles. El que a mí no me haya impactado algo de la manera que el autor/a claramente deseaba, ¿significa que estuvo mal? Porque no siempre es el caso.


Conclusión:


Hay muchísimas otras técnicas literarias que podría mencionar, al igual que tropos y clichés que se deben tener en cuenta, pero no quiero alargar más esto.

Como mencioné al comienzo, analizar obras es complicado y nunca vamos a poder captar todo lo que se esconde detrás de una historia. Me parece que es muy útil, como escritores, practicar esto por dos razones: mejorar en nuestro trabajo y recordar que lo que hacemos nunca va a ser perfecto.

En fin, los dejo con este ayuda y, como siempre, ¡mucha suerte con sus escritos!


Ahora sí, al corte comercial. Aquí les dejo todos los links para adquirir mi libro y recuerden que el contenido gratis está disponible tanto en la página del ebook como en este blog.

Ebook: https://lektu.com/l/luna-g/los-nigromantes/13751

Físico: https://www.autoreseditores.com/libro/16191/luna-g/el-circulo-de-sombras.html

Perfil de Goodreads: https://www.goodreads.com/book/show/53474090-el-c-rculo-de-sombras---los-nigromantes

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