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Foto del escritorLuna G.

Hablando de Tropos 3: Personajes Masculinos

¡Hola, gente! Ya ni me da la cara para disculparme de lo desaparecida que ando. Aunque la verdad, si me siguen Twitter me verán bastante. Son mis otras redes las que tengo abandonadas, en especial Facebook. Pero bueno, pasemos al tema de hoy.

Una vez más, tengo una bella invitada para hablar de tropos y clichés. Ya la conocen, me ayudó con la entrada de tropos femeninos y ahora vinimos a hablar sobre tropos que afectan a los personajes masculinos. Quiero que le den un saludo a Alex, y felicitaciones también que hace no mucho publicó su primer libro (corte comercial al final de la entrada).

Alex: ¡Hola, criaturas de la literatura! Me alegra venir nuevamente y poder platicar con Luna sobre este tema tan amplio e interesante.

Ahora sí, los tropos de los que hemos venido a charlar:


1. Chico rudo y malo malote en chaqueta de cuero.


Alex: Pero no necesariamente se trata de un “fuck boy”, porque puede ser villano o interés amoroso rudo y disque cruel que cambia por amor o es cambiado por el discurso del héroe. Este tropo da para tanto y se aprovecha tan poco que se ha convertido en un cliché masticado y simplón. En la jerga común les dicen también “edgy” a estos emos vengadores que son “profundos” y “ven la realidad de la vida como lo que es: caca”. Amor mío, si querés ver la vida así es tu asunto, pero no le digás a todo el mundo que la vida no vale nada, que vas a matar a alguien si te escucha en un mal momento.

Luna: Todos lo conocen, algunos lo aman, muchos lo odian. Debo decir que yo he visto casos en donde me caía bien porque, pese a su aspecto estereotípico, al menos tenía una personalidad (y a veces era el único en su historia que la tenía). No obstante, lo que puedo decir de las ocasiones en las que me caía bien creo que son cosas que se salen del cliché, y ese es el truco.

Creo que no lo dije en las entradas anteriores, pero mi pasión en la vida es subvertir tropos. Me encanta leer y crear historias donde parece que todo va a ser un gran cliché y luego resulta que era una trampa para sorprender al lector.

Por esta razón, que sea un chico malo, emo o de chaqueta de cuero no es el problema para mí. Me molesta más cuando lo único que hacen es autocompadecerse. Para hacerlo divertido, les digo un verso de una canción parodia de Edward de Crepúsculo en la que él dice: “Bella, olvidé cambiar el papel higiénico del baño. ¡¿CÓMO SOPORTAS VERME A LA CARA?!”.

Eso, básicamente.

Entiendo que tenga un pasado oscuro o haya hecho cosas de las que se arrepiente, pero en algún momento necesita crecer, hacerse cargo de sus acciones, pedir ayuda o morir trágicamente sin poder enmendar sus errores, ¡algo!

Sobre todo porque ni siquiera suele ser que se siente del todo mal por lo que hizo/hace. Se autocompadece y luego va a seguir haciendo lo mismo. Amiga, date cuenta. Hijo, anda a terapia ya.

Alex: Oh, la revictimización, es común en más de un tropo y casi resulta insultante cuando se nota que esa faceta es algo que el personaje tiene que superar. Hace unos días escuché una frase genial que habrá que decirles a estos muchachos: “sientan el dolor, pero no se estanquen en el dolor”.

El problema también con estos cuando sale mal es que los suelen figurar como personas sin sentimientos. Un hombre puede ser muy estoico y sin tacto al hablar, pero no por eso dejará de sentir, hasta los más rudos sienten aunque no lo demuestren (y va más allá de la ira), porque no digo que hay que darles una escena llorando a mares, pero que tampoco haya que convertirlos en un chiste paródico de la rudeza.

Luna: Exacto. Con lo mucho que le pega a un lector ver a un amargado llorar o expresar emociones, no lo desperdicien. Háganlos estoicos, pero aprovechen eso para que su evolución de personaje dé justo en el cora.


2. Chico bueno nota que probablemente es el elegido.


Luna: En la entrada sobre protagonistas que escribí con otra amiga hablamos del problema principal que, en mi opinión, viene con los elegidos. A la gente le gustan los underdogs, es decir, esos personajes que se rompen la espalda para ganarse el pan de cada día.

Estos días creo que no puede venir más a mano el que haya salido hace poco la remake de Mulán, en la que olvidaron completamente lo que hacía tan querible a la original. Spoilers si quieren saltarse el siguiente párrafo.

La Mulán original era un personaje con quien era fácil encariñarse. Iba a la guerra, al riesgo de su propia vida, para salvar a su padre. Se esforzaba y luchaba por mejorar, y demostraba que había otras formas de lidiar con problemas que solo la violencia. En cambio, la nueva Mulán se nos introduce ya como una niña prodigio con el poder del Chi y no tiene nada que aprender en verdad.

Fin del spoiler.

En casos como Harry Potter, sí tenemos a alguien que tuvo que mejorar y jamás podría haber derrotado al villano en el primer libro. Lo que pasa es que ya estaba destinado a eso entonces, ¿cuál es la sorpresa o el mérito? Por algo mi respeto va más hacia Neville, a quien ni siquiera Voldemort consideró una amenaza y terminó siendo tan importante como Harry.

Al público le gusta la gente que trabaja y aprende, que terminan salvando el día o realizando un gran cambio en la historia porque fue SU decisión, porque creían en la causa y por lo que estaban luchando. Personas que no eran nadie y de pronto todo el mundo conoce su nombre, eso es algo que se gana la admiración y respeto de un lector. Así tenemos muchos ejemplos en el mundo real también, como Steve Jobs y BTS (no iba a hablar de underdogs sin nombrarlos a ellos).

Alex: A mí me molestan muchos elegidos y protagonistas que tienen carácter de Mary’s y Gary’s Stu (prototipo de personaje perfecto). Lo peor es que últimamente, gracias a la política, varios acaban en esa casilla. Como dijo Luna, Mulán fue víctima de esto. Un personaje no tiene que ser perfecto y sobresaliente de buenas a primeras para ser querido; el humano comete errores y se identifica con los que cometen errores.

Le pasó a Mulán, a la Capitana Marvel, a las doñas de Cazafantasmas, etc. ¿Saben cuál sería un buen contrapunto para ver por qué Mulán no funciona? Naruto. También nació con talento natural (su madre pertenecía a un clan donde poseían un alto nivel de chakra, que vendría a ser el chi para Mulán) y aparte de que le encerraron un demonio poderosísimo en su interior. Pero Naruto era mediocre al principio y no sabía ni técnicas básicas, tuvo que esforzarse para dominar su talento porque si no, sería un cualquiera y ninjas con menos poder interior lo habrían superado.

Naruto como el elegido funciona incluso si tiene sangre de alienígena porque se esforzó y cometió errores, porque aprendió en el camino. No tuvo todo regalado, no era don perfecto.

Me acabo de acordar de Dan Torrance, de Doctor Sueño. El hombre también tenía una gran habilidad con lo sobrenatural, pero tuvo que aprender a dominarlo y a enfrentarse a los fantasmas, a dominarse a sí mismo y a sus temores. Cometió un grave error en su pasado y fue alcohólico, pero se redimió y aprendió de sus equivocaciones. Dan fue clave para salvar el día junto con una niña súper dotada (que también fue imprudente en algún momento y aprendió en el camino) y eso lo hace un buen personaje, porque no era perfecto y tenía carácter humano.


3. Fuck boy.


Alex: También puede ser soft boy, pero su centro es tener relaciones sexuales. Casi siempre tienen pasado trágico para justificar su comportamiento (y aclaro que no es lo mismo justificar que explicar el comportamiento de un personaje). Y estoy de acuerdo en que hay varias situaciones que dan como resultado que alguien se vuelva promiscuo y un imbécil (tanto chicos como chicas), pero al momento de retratarlo no siempre se da en el clavo.

Es verídico que muchas personas después de un abuso quedan tan heridas que empiezan a tener conductas repetitivas para cambiar el rol y no sentirse víctimas del acto; pero del mismo modo hay quienes sanan y dejan atrás eso y otras que simplemente no adoptan dicha conducta. Además, no hay que tener un pasado triste para ser un descarado. Estos son descarados porque les nace y ya.

Luna: yo tengo un concepto completamente distinto de soft boys, ellos me gustan :( (Alex: jajaja, a mí a veces me gustan, pero igual ese tema del sexo ya me aburre, *equis de*)

Bueno, hice un poco de investigación para hablar mejor de esto y la verdad es que, de alguna forma, es un tropo con bastante variedad. Por lo que veo, lo que define a este personaje, más que el sexo, es que no le importe nada los sentimientos de los demás, en especial las mujeres.

Creo que eso es lo que más lo distingue del “chico malo”. Éste no se autocompadece para nada, al contrario, piensa tan bien de sí mismo que no cree que las demás personas ni sus opiniones valgan la pena siquiera tener en cuenta.

Pienso que aquí hay que tener en cuenta qué se quiere lograr con este personaje. Si la idea es hacerlo para la fantasía de algunas de “cambiar” a alguien para mejor, pues cada uno a lo suyo. No critico fantasías ajenas la verdad.

Ahora, otro caso es cuando ese no es tu propósito. Si quieres que este personaje sea creíble dentro de una historia que pretende ser realista, por favor, QUE TODO EL MUNDO LO ODIE. A nadie le gusta este tipo de gente, en serio, así que no hagan que los demás le tengan lástima o admiración, que por mucha historia que tenga, a nadie le caen bien los creídos. Fin de mi consejo.

Si pretendes que cambie y evolucione como personaje, ten en cuenta que debe esforzarse muuuuuuuuuuucho para que los lectores y, por tanto, otros personajes lo quieran (y sí, debería caerle bien a los lectores antes que a los demás personajes, porque quienes leen usualmente tienen más información que los personajes).

Alex: Secundaré el consejo de que sea odiado. A menos que sea un buen manipulador, un arrogante de esta categoría cargaría con mucho rencor hacia él. Es que si tiene una personalidad repelente, será repelente para el 99% de las personas; a menos que sepa jugar con la psique ajena, lo que causará es rechazo.

No es creíble para un lector que alguien repugnante sea amado por mundo y raimundo, los populares lo son porque tienen carisma y ciertos ideales que comparte con cierta cantidad de personas que los siguen. Aunque tenga un pasado trágico será difícil excusarlo y tan sólo tendrá adeptos dentro de su calaña y de quienes logre convencer de que no es tan mala persona.


4. El bufón.


Alex: Se trata del alivio cómico. A mí me encanta que existan personajes despreocupados o que hacen su trabajo de manera explosiva; pero a veces el problema es que sólo sirven para ser comediantes y carecen de sentido común o aporte real a la historia. ¿En serio nadie más es capaz de hacer chistes para aligerar la tensión? Campaña por más personajes con carisma y menos payasos de cartón.

Pero ya en serio, entiendo el punto del personaje. En escenas tensas tendrá que haber algún alivio o un algo que aligere la carga (no necesariamente cómica, pero es lo usual), y entiendo también que los humanos tendemos a reírnos de la desgracia, mis personajes y los personajes de muchos lo hacen en determinado momento, pero ¿siempre?

Hay un punto que quiero darle enfoque y es que una cosa es que alguien sea muy, muy carismático y alegre y otra cosa que sea un completo idiota que no puede tomarse nada en serio. Ambas personalidades existen, pero mezclarlas y confundirlas genera un gran problema tanto para el resto del elenco como para los lectores.

Luna: Aquí, para mí, aplica lo mismo que con el amargado. Si es fuerte ver a un amargado demostrar cariño, más fuerte puede ser ver a un payaso demostrar tristeza. (Alex: Uff, sí. Imagínense qué tuvo que pasar para que logren romperle la sonrisa a alguien que parece que no puede ser quebrantado.)

Diré que incluso, en la vida real, la mayoría de los payasos lo son para evitar la intimidad. Quieren controlar una conversación con chistes para que no se les pregunte ni hagan hablar de temas personales, ocultan muchísimo dentro de sí. (Alex: Cierto, psicológicamente hablando, varias veces es un método de defensa… Uno que en la ficción está muy desaprovechado y mal empleado. Lloro por esto.)

Seguir a un personaje así y verlo romperse, para que luego aprenda a expresarse mejor y mejore su relación con los demás tanto como consigo mismo, agh. Que belleza sería eso.

Alex: Lo mejor en estos casos, para aprovechar el personaje, es darle un sentido no sólo para la historia, sino que tenga su propio pasado que lo volvió así y desentrañarlo poco a poco sin llegar a la revictimización. Explorar sus reacciones y sus relaciones sería perfecto para que, cuando ya no aguante más, tengamos una preciosa catarsis y un desnudo de personaje fenomenal.

Y es que no tiene que tener tragedias para ser así, con que tenga una personalidad que complemente su gracia ya le damos redondez al mismo. Los payasos tienen una vida fuera del escenario.


5. El mal padre.


Alex: Viene con bingo de malas actitudes y vicios. Si hay algo malo, lo tiene porque sí y no hace nada que no sea ser mal padre y una cosa deforme de persona. Sé que existen personas así, por infortunio tengo conocidos cuyos padres brillaron por su mugre de actitud, pero no siempre alguien así es completamente malo. Del mismo modo que las malas madres, no siempre son en absoluto una porquería.

Algo que me cae mal es que un personaje que se pudo retratar genial con matices de personalidad acabe en un feo chiste de la peor persona del mundo sólo porque los protas necesitaban su pasado oscuro y trágico. Considero que es más interesante que retraten a alguien con malas actitudes y al mismo tiempo que tengan algo bueno o que tengan acciones positivas, que sean un perfecto gris.

Luna: Cierto. Mi mayor problema aquí es que el padre malo se ha utilizado ya demasiado. Hay otros tipos de traumas que puede sufrir la gente, ¿saben? ¿No puede su pasado oscuro ser que de niños corrieron a la calle y su padre, por perseguirlos, terminó atropellado? Perder a alguien querido puede ser muchísimo más traumático que haber tenido a alguien odioso en sus vidas. (Alex: Me dolió la imagen mental de eso; figúrense la carga emocional de un niño que se siente culpable. Ahhh, qué interesante explorar algo así, me encanta.)

Si dicho padre no tiene mucha relevancia en la historia, me da igual que no se le dé profundidad. Pero sí va a ser la mayor cicatriz de el o la protagonista, hay que darle más dimensiones. Sin embargo, yo en verdad prefiero leer pasados trágicos más originales. Sé que en la vida real pasa mucho de tener padres abusivos o haber perdido familiares queridos, pero ¿para qué está la ficción si no es para crear un mundo distinto y desatar la imaginación?

Alex: Cierto, cierto. Si necesitan un pasado trágico, nada más busquen información sobre psicología y psiquiatría o, aunque es triste a veces, lean testimonios de personas que superaron o están superando crisis producidas por su pasado. La cantidad de información que se puede obtener no sólo sirve para crear ficción, sino también para comprender mejor al resto de personas y ser más empáticos.

Quiero agregar algo no tanto sobre la paternidad. Estas cualidades negativas a veces no se atañen al padre, sino también a los líderes. Y es que no tiene sentido que dirijan compañías ni naciones si son tan arrogantes, impulsivos, tontos... No es igual ser despiadado y cruel, que un completo imbécil que cualquier pueblo o Senado destruiría en poco tiempo.

No nos detendremos mucho con este porque a Luna le aburre el tropo (a mi también, pero quería mencionarlo de todas formas jaja). Tengo un problema con los gobernantes porque siempre los pintan muy blancos o muy negros. Como en el punto anterior, para estos el gris es perfecto, un blanco con motas negras y viceversa. Eso era, ya estoy tranquila *equis de*.

Luna: yo creo que perdí cuenta de los organismos gubernamentales que solo aparecen para ser idiotamente malos, con la excusa de que pongan obstáculos en lo que los protagonistas necesitan obtener.

Puede ser interesante, por ejemplo, el caso de Harry Potter en donde los aliados del villano infestaron el gobierno poco a poco hasta dominarlo. Al menos ahí es progresivo y tiene mucho más sentido.


6. El amigo gay.


Alex: Bonus si es negro. Porque las compañias ya tienen su comodín de inclusión forzada y parece que no puede haber serie o película sin su negro gay cuya personalidad es ser negro y gay.

Pondré como ejemplo positivo un personaje que tengo fresco y es de Luna: Damon. Él no calza en el cliché, sino en lo que casi se ha vuelto un tropo porque tiene personalidad y hasta se olvida de que cumple con dicho estándar porque TIENE UNA PERSONALIDAD Y FUNCIÓN EN SU HISTORIA (Luna: se seca las lágrimas jajajajaja). De hecho, me di cuenta de que Damon es así hasta hace poquito que hablaba con mi hermana sobre un video que criticaba lo mal que hacen ahora las series en su afán de “incluir”. Su sexualidad sólo tiene relevancia en situaciones que tienen que ver con su sexualidad; de ahí en más le ocurre como a los heteros: a nadie le importa su sexualidad.

Luna: Si quieren mi estrategia para ser inclusivos sin caer en clichés, dénle una historia y personalidad a sus personajes primero, y una raza y sexualidad, incluso género, después.

A veces parece que porque durante el proceso creativo nos imaginamos a cierto personaje de una forma, que es imposible cambiarlo luego, pero no. Es solo cuestión de acostumbrarse a verlo diferente. Verán que al final, imaginar a sus personajes en distintos géneros, razas y hasta sexualidades, hará que terminen eligiendo las opciones más interesantes y quizá más salidas de lo típico.

Claro que, dependiendo de la historia, también hay que tener en cuenta la relevancia de esto. Si su raza vendrá con cierta carga cultural, por ejemplo siendo de una familia inmigrante asiática, entonces habrá que darle algo más de relevancia a la misma. Claro, esto queda a manos de quien escribe y vea qué tanto foco quiere darle a estos aspectos y por qué motivos.

Alex: Cierto, primero va la historia y personalidad (aunque, si quieren ponerle otra nacionalidad y cultura, estos dos elementos tendrán que ir de la mano). Aprendí mucho de esto con Fiorella, que es mitad libia y, por tanto, lleva su mezcla cultural en su forma de ser y en las cosas que vive al tener dos familias muy diferentes. Sólo es de tener un poco de cuidado y de investigar a fondo las características peculiares que queramos añadir.


7. El mejor amigo.


Luna: Usualmente también es el alivio cómico, pero muchas veces es el mejor amigo nerd de la chica linda de la que está enamorado (y que no le da ni la hora del día) o del guapo y genial protagonista (siendo él mismo un nerd de anteojos y granos para resaltar lo muy guapo y genial que es dicho protagonista). El término en inglés, sidekick, también puede aplicar para el asistente del villano. (Alex: ese término es nuevo para mí. Los extranjerismos avanzan exponencialmente.)

Lo que cuenta aquí es que estén siempre al lado de alguien y esa sea su única función. No tienen personalidad (a menos que también sean el alivio cómico), no tienen vida más allá de ser el mejor amigo de el/la protagonista y te aseguro que menos que menos conseguirá pareja o siquiera sexo en lo que dure la historia.

Alex: Lo último me causó risa, pero risa por pena a esos pobres sujetos jajaja. Para mí está muy desperdiciado el puesto del mejor amigo. Acaban siendo más que todo porristas que nunca cuestionan ni confrontan a los protagonistas, y eso habiendo tantas cosas buenas y malas que puede hacernos un amigo (lo malo puede venir sin intención porque es obvio que todos metemos la pata. Luna: también puede ser intencional y que duela x1000. Alex: Ohh, puñaladas que vienen con veneno; eso es de gangsters).

Lo peor es que si consiguen pareja es de fijo que será un personaje que nadie conoce o que de purísima casualidad es el mejor amigo/a de la pareja del protagonista. ¡Já! Como si esas cosas pasaran. Como dijo Luna, lo malo de los mejores amigos no es que lo sean, sino cuando no se les da personalidad ni una vida que esté apartada de “soy el mejor amigo del prota”. Que tengan un pasatiempo no es el remedio, solamente decir que “juega baloncesto” no es suficiente si nunca se lo ve jugando o al prota apoyando a su amigo en ese proyecto.


8. El gigante solitario y gruñón.


Luna: Ese tipo que no usa chaqueta de cuero necesariamente y tampoco suele ser un adolescente. Es el típico hombre gigante (de edad y tamaño) que no tiene emociones y no le pidas que las tenga tampoco.

Debo decir que, de todas formas, conozco muchas más historias donde le dan una trama interesante, que por repetitiva que suela ser, yo siempre caigo. Por lo usual lo hacen adoptar una criatura que es un rayo de luz y le saca las emociones a cachetadas, porque ¿cómo no se va a derretir por una bolita de amor?

Seguro se les ocurren muchos ejemplos (Up, Logan, The Last of Us, Scar en Fullmetal Alchemist… Alex, ayudame con más ejemplos xD).

Alex: Sí, de hecho, me acuerdo de varios jaja. Kenpachi Zaraki de Bleach no es que fuera tan gruñón, pero sí cumple estereotipo de masa de músculos excelente para matar; su teniente Yachiru Kusajishi siempre andaba en su hombro y era bastante más chiquita y accesible que él (o así lo recuerdo hasta que dejé de ver la serie jaja). Muriel del juego The Arcana es un hombre súper serio y de dos metros de alto que vive apartado en el bosque y se encarga de cuidar del mismo junto a su loba Inani; el o la protagonista del juego sería su acompañante que lo anima a salir de su cueva y a vivir más.

El Grinch tenía un perro, Shrek se hizo amigo de un burro parlante y cómico que bien pudo comerse para la cena. Gru de Mi villano favorito tuvo a tres personitas que se volvieron sus amadas hijas. Ralph el demoledor junto con su amiga Vanellope cumple también el tropo de gruñón (pero nada más cuento la primera parte porque la segunda fue un despropósito que sólo tiene de bueno a las escenas con las princesas). Del mismo modo Manny de La Era de hielo entra en categoría al hacerse amigo de un bebé humano, un gato grande y un perezoso.

Paro con los ejemplos porque sé que ya me di a entender con la situación. Hay muchas formas de retratar este tropo y para varios géneros: Manny y Gru en el ámbito familiar, Muriel en el romántico, Ralph en el amistoso y heróico, etc.

Luna: Es un tropo que verdaderamente no está mal, pero lo bueno es cuando ese crecimiento es gradual y se desarrolla bien. Ahí es cuando se vuelve tan gratificante.

Alex: Exactamismo.


9. El idiota.


Alex: Este lo quiero plantear sólo para quejarme del cliché que se ha vuelto tener un hermano bruto que no hace nada bien o que es inteligente sólo para ser un infeliz desgraciado. O sea, que sí hay gente así, pero ¿por qué siempre? Y me pregunto por qué también siempre hay que hacerlos un desperdicio de principio a fin sólo para hacer resaltar a los protagonistas o al hermano/a que sí es buena gente. Al menos yo no le veo la gracia y el que alguien sea un completo asno puede servir para más que tener una catarsis cuando por fin queda mal frente a todos.

Me siento personalmente atacada cuando los hermanos mayores son vistos como obstáculos o completos tontos. Soy la mayor y sé que mi IQ no es tan bajo. Aunque, el tropo se ha deformado sobre todo para los hermanos varones y eso me resulta aún más injusto. Amé la película de Onward (siento un deja vú y es que quizá lo dije antes, pero no importa, el ejemplo calza) y es porque estos hermanos se toleraban y querían. Barley, el mayor, es un nerd obsesionado con juegos de rol basados en la magia ancestral y a veces peca de impulsivo, pero ama a su hermano y le desea lo mejor; Ian no es un malagradecido todo el tiempo y a través de su aventura empieza a comprender mejor a su hermano y a apreciarlo más como tal.

Este par demuestra que una cosa es tener momentos idiotas y otra serlo a tiempo completo. No siempre funciona que un personaje sea un tonto empedernido; aunque también hay que cuidar cuando hay una redención porque darse cuenta de los errores y cambiar el punto de vista tiene una variedad de procesos y tiempos que se deben tener en cuenta de personaje a personaje.

Luna: creo que sigue con esta moda de que los hombres que tienen el poder sobre alguien, seguro que lo usan para arruinarle la vida. Querida, ¿quién te hizo daño? Podemos hablarlo si lo necesitas, pero este cliché necesita tomarse un respiro ya.

Ah, también hay ocasiones en las que vi este tropo ir, no por el lado de la maldad, sino de la comedia. Hacer la ignorancia de alguien un chiste.

No hace mucho volví a ver High School Musical (¿pueden culparme?) y había una escena donde un personaje, que ya fue introducido como el idiota, no lograba leer bien algo. ¿A nadie se le ocurrió que no saber leer es algo gravísimo?

Aparte de eso, siento que mezclar estos dos es algo que en verdad deberíamos dejárselo a las series/películas infantiles. No he visto esto en libros, pero no me sorprendería que existiera.

Alex: Me suena que en algún momento lo leí, pero no me acuerdo exactamente de dónde… En fin.


Creo que ya hemos agotado el tema, así que nos vamos despidiendo. Fue un placer volver a conversar con Luna para exponer nuestros descontentos y ciertos consejos para evitar que un buen tropo se vea arruinado y termine convertido en cliché. Por supuesto, no pretendemos decirles qué tienen que hacer y qué no, respetamos lo que cada quien escriba y tan sólo queremos que saquen su mejor potencial al crear historias.

Luna: exacto. También mencioné en la entrada anterior que el tema de profundizar en personajes depende de su rol en la historia. No me importa ver estos clichés si el personaje que los porta tiene poco y nada de relevancia en la trama.

Y de todas formas, lo importante de estar al tanto de tropos y clichés, en mi opinión, es para intentar desatar más nuestra imaginación y no tomar el mismo rumbo que la mayoría. Recuerden que crear una historia es como jugar con legos. Las ideas son los ladrillos, la mayoría casi iguales, pero los resultados de dicha construcción pueden variar enormemente dependiendo de quién los utilice, todo depende del esfuerzo y la imaginación.

Con esto, me despido y les mando mucho amor y suerte en sus proyectos.

Alex: Ya saben que si tienen comentarios, dudas o sugerencias, el apartado de comentarios está disponible. Ahora sí, me despido. Atentamente, Alex, una beta de por ahí, ¡chao!

Luna:

Ahora sí, corte comercial. Quiero dejar los links para conseguir mi libro de fantasía urbana. Por si no se enteraron, una razón por la que estuve desaparecida fue porque escribí y publiqué un par de extras. Ambos están para descargar gratis o pueden también leerlos en mi blog. Por último, les dejo el blog de Alex y su libro de drama familiar.

Mi libro (digital, con extras).


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