La semana pasada comencé a hablar sobre la estructura básica de una historia y, ya que expliqué las partes que hacen al primer acto, antes de seguir con el resto de la estructura, quería comentarles algo más sobre comienzos.
Esto surgió porque al poco de escribir esa entrada me topé con un vídeo muy interesante en el que una youtuber, que no es escritora sino una simple amante de los libros, al igual que su audiencia, les pidió a sus seguidores que comentaran qué tipos de comienzos disfrutan leer.
Esto me pareció algo muy útil ya que es la opinión de lectores y algo que nos puede ayudar mucho tener en cuenta. El vídeo es largo y está en inglés, por eso decidí mencionar las cosas que se discuten, agregando una explicación, ejemplos y consejos. Si alguno prefiere ver el vídeo, y entiende bien el inglés, les dejo el link para que lo hagan.
Entonces, voy a mencionar los tipos de comienzos de los que se hablaron sin ningún orden en particular. Esto es solo para que, en caso de que estén teniendo dudas sobre cómo empezar su novela, tengan algunas ideas.
1-En medio de la acción.
A muchos lectores les gustan las historias que comienzan con todo, en medio de una escena potente que no tiene sentido al comienzo, pero va cobrando forma poco a poco. Brandon Sanderson suele hacer esto de seguido, todo el primer capítulo de la serie The Witcher es igual.
De hecho, estoy segura de que muchas series, más que películas, suelen hacer esto, especialmente si son adaptaciones. Lo probable es que sea porque saben que la mayoría de la audiencia ya tuvo contacto con el material original y conoce a los personajes, pero los que no tengan idea, irán atando los cabos poco a poco.
Digamos que sería como empezar tu libro en medio de una batalla épica y dejar que tu lector deduzca a quién debe apoyar. A veces esta batalla es años antes que la historia principal, o el final de la misma.
En lo personal, creo que este es un comienzo en extremo interesante y que me atraparía de inmediato. Tener que atar cabos es algo que me hace prestar más atención a la historia y creo que ese es un muy buen método de enganchar al que está leyendo.
Pero no siempre es el tipo de apertura que agrada y no depende solo de que esté bien o mal hecho, depende mucho de la audiencia. A algunos simplemente les parece muy complicado y pueden frustrarse enseguida.
Creo que elegir este tipo de comienzo depende de a qué audiencia quieres apelar y también que este estilo vaya en sintonía con tu propio estilo de escritura, cosa de que se mantenga así durante casi toda la historia y no sea solo algo del comienzo.
2-Establecer el tono.
Hay libros cuyo primer capítulo tampoco tienen sentido al instante ni muestran una intensa escena de acción, sino que sirven otro propósito: establecer el tono. Esto suele hacerse a base de diálogo, pero también se puede usar narración y descripciones para lograrlo.
Percy Jackson de Rick Riordan y Buenos Presagios de Neil Gaiman son libros cuyo comienzo está hecho para hacerle saber al lector lo hilarante que serán ambas historias.
Al pensar en esto, a mi cabeza vienen casi todos los comienzos de las películas de Quentin Tarantino. Tiempos Violentos, Bastardos sin Gloria y Perros de Reserva tienen una primera escena que, a veces ni siquiera tienen relación con la historia (Perros de Reserva), pero establecen a la perfección el tono de la película.
3-Establecer personajes mediante interacciones.
Si tu historia está más centrada en personajes que en acción o misterio, la mejor forma de empezarla es mostrando a los personajes principales interactuando con otros.
Mujercitas de Louisa May Alcott es un ejemplo de esto. La introducción de todos los personajes en la serie Avatar: el Último Maestro de Aire, también es ellos interactuando con alguien más.
Mencioné en mi entrada anterior los aspectos de un personaje que deberían introducirse al comienzo de una historia. Mostrar la manera en que tu protagonista se relaciona con otros es algo que, si lo haces bien, puede ayudar a ver mucho de su personalidad y creencias.
4-Establecer personajes mediante rutina.
Hay lectores a los que no les interesa tanto la acción y les encanta sentarse a leer sobre cómo es la vida del protagonista antes de que todo explote. Hay algunos a los que les gusta tener un comienzo tan tranquilo, que los pone aún más nerviosos sobre lo que ocurrirá luego, ya que saben que se viene algo grande.
Yo no tengo mucha preferencia por este tipo de comienzos, pero creo que en realidad el problema es que muchos autores confunden “tranquilo” con “aburrido”.
Si vas a ir por este tipo de comienzo, asegúrate de mostrar cosas de tu personaje que nos hagan empatizar rápidamente con él o ella, que lo hagan divertido y simpático, u oscuro e interesante, si ese es el caso. El truco es mostrar bien su personalidad, o introducir elementos que son muy distintos a lo que ocurre el resto de la historia.
En El Psicoanalista de John Katzenbach, se empieza con toda una descripción de la aburrida y súper fija rutina del protagonista, la cual va en directo contraste con la novela llena de tensión en la que el personaje ya no tiene ningún control sobre la situación, y también con el giro de trama que se introduce en el primer capítulo.
5-Presagiando la historia.
“Presagio” es el término en español para “foreshadow” y básicamente se refiere a cuando una autor/a da pistas de lo que vendrá luego. Existen historias que empiezan con escenas no muy claras cuando las lees, pero que cobran sentido un poco más adelante.
Ejemplos de esto serían casi todos los libros de Harry Potter por J. K. Rowling y también los de Canción de Hielo y Fuego por George R. R. Martin (¿por qué tienen tantas letras esos dos? Que trabajo escribir sus nombres). En ambos casos, se empieza con escenas de suspenso y misterio en las que el lector está perdido al comienzo, hasta que comprende su finalidad más adelante (introducir elementos/trasfondo clave de la historia).
6-Presagiando el final.
Hay muchos a los que les gusta terminar un libro para darse cuenta de que todo estaba en el inicio.
Este es un comienzo que es complicado de hacer bien (sin que sea obvio desde el inicio). Requiere de mucha planificación y edición por parte del autor/a, pero es un trabajo que se ve y se aprecia muchísimo cuando alguien lee el libro.
Nada les gusta más a los lectores que saber el esfuerzo que un escritor/a puso en un libro, tener la oportunidad de predecir el final sin que sea obvio, ver la manera en que todo se va hilando para llegar a una conclusión satisfactoria.
Neil Gaiman ha hecho esto en El Océano al Final del Camino, pero no se me ocurren muchos más ejemplos ahora mismo. Si ustedes tienen alguno, no duden en comentarlo.
7-Con el final.
Otra manera de lograr lo del punto anterior, también es empezar con el final.
Hay historias que empiezan con una escena que no tiene sentido primero, y luego nos vamos dando cuenta de que en realidad se trataba del final, y toda la historia no era más que un flashback. Hay varias películas que hacen esto, no conozco muchos libros que lo hagan, pero ustedes pueden mencionar algunos.
Hay lectores a los que les gusta empezar con una fuerte introducción no de una situación, sino del personaje en cierto lugar, y luego mostrarlo en una época anterior siendo una persona completamente distinta. De esta forma, el lector puede estar muy invertido en ver cómo un personaje llega de un punto al otro.
8-Paralelismo con el final.
Hablando de hacer que tu comienzo coincida con el final, otra cosa que se puede hacer, y que no necesariamente requiere tanta planificación como el punto anterior, es crear una escena que sea un paralelo a la escena final (ya sea final del libro o tal vez final de la saga).
A veces puedes esperar hasta escribir el final del libro y luego agregar esta escena al comienzo, o escribir el final en base a esta primera escena. Depende de ti y, en ambos casos, lograrás que el lector sienta que pusiste mucho esfuerzo en planearlo. Esto es algo que puede ser muy satisfactorio, en especial si no todos lo notan en la primera leída.
Un ejemplo de esto sin duda sería la película El Rey León, que comienza con Mufasa presentando a Simba frente al reino animal, y termina con Simba presentando a Kiara de la misma forma. En libros, creo que La Saga de la Luna Roja de José Antonio Cotrina hace esto. El evento en la primera escena de la saga se repite al final de la misma, pero con distintos personajes.
9-Con el/la antagonista.
A veces a los lectores les interesa empezar la historia con la perspectiva de un personaje que, a pesar de ser relevante a la trama, tal vez nunca volvamos a tener una escena desde su punto de vista. Por no mencionar que a muchos les gustan los villanos, por lo que es probable que queden atrapados enseguida con este tipo de comienzos.
Esto también puede estar ligado a presagiar la historia, ya que cuando se hacen estas escenas suele ser el antagonista preparando algo que se lleva a cabo más tarde y cambia el curso de la trama. Esto hace que algunos lectores quieran seguir leyendo, solo para ver en qué momento aparecerá este villano y su plan.
Ahora, no digo que esto sea algo malo. Como estrategia para enganchar, sin duda sirve y es relativamente fácil de logar. El problema es no olvidarnos que la mayoría de la historia estaremos siguiendo al protagonista, y tampoco queremos que nuestros lectores odien a este personaje solo porque prefieren ver al villano en acción.
Lo que yo recomendaría aquí sería introducir a ambos, el villano y luego el protagonista, en situaciones paralelas (similares pero distintas). Lo mejor sería mostrar aspectos de ambos en los que se vea el conflicto de inmediato y, más que esperar por el antagonista, el lector estará esperando que ambos personajes solo porque sabe que la tensión se alzará enseguida, gracias a sus personalidades/creencias tan distintas.
10-Con una frase.
Hay muchos que dicen que la primera oración de tu historia debería ser algo impresionante sí o sí. Yo no estoy para nada de acuerdo con eso. No conozco a nadie que deje un libro luego de leer la primera oración, creo que sería ridículo, pero dicho esto, no niego que es interesante cuando una novela empieza con una frase memorable.
«Un grito viene a través del cielo.» Thomas Pynchon, El arcoíris de la gravedad.
«Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos, la edad de la sabiduría y, también, de la locura; la época de las creencias y de la incredulidad; la era de la luz y de las tinieblas; la primavera de la esperanza y el invierno de la desesperación.» Charles Dickens, Cuento de dos ciudades.
«Era estupendo quemar.» Ray Bradbury, Fahrenheit 451.
Ahora, si bien esta es una muy buena técnica y algo que puede ser divertido de lograr, nunca olviden que tampoco pueden utilizar cualquier frase que les surja en el momento. La que sea que elijan, necesita tener relación con la historia. Establecer el tono o los elementos principales, tal y como hacen todas esas que acabo de citar.
Si quieren ir por esto, les recomiendo hacer una lista de frases y elegir las que más coherencia tiene con el resto de la historia, del primer párrafo y su estilo de escritura. De nada les sirve empezar con una frase súper poética si tienen un estilo de narración simplista.
11-Mostrando tus fortalezas.
A veces es bueno olvidarse de los lectores o de lo que se suele hacer, y enfocarnos en nosotros mismos. Algo que como escritores debemos hacer es, no solo detectar nuestras debilidades, sino también nuestras fortalezas.
Si eres muy bueno escribiendo diálogo, empieza con uno que no tenga ninguna narración (Instant Karma de Wendy Davies empieza así). Si se te da muy bien construir misterio, empieza con una escena de presagio. O si eres divertido, empieza estableciendo ese tono mediante personajes o narración. Tal vez se te da escribir poemas y puedes empezar con eso también (como Lewis Carroll con Alicia en el País de las Maravillas y A Través del Espejo).
A la hora de decidir cómo abrir tu historia, siempre es excelente tener en cuenta tus fortalezas y debilidades. Si te gusta el comienzo de cierto libro, pero utiliza técnicas que no se te dan bien, concéntrate en lo que sí puedes hacer y deja eso para más adelante, para cuando ya tienes a tu lector enganchado.
12-Estableciendo el mundo.
Muy bien, elegí este como el último punto en la lista porque hay algo muy importante para aclarar al final del mismo. Pero primero, hay varias historias que, más que su personaje principal, empiezan con descripciones del mundo en el que el/la protagonista habita. Esto es bueno si tienes habilidad para narrar y describir escenarios.
Aquí es importante recordar que, a la hora de describir, la vista no es nuestro único sentido. No olvides hacer uso del olfato, el tacto, el oído. Las descripciones son complicadas de hacer interesantes de por sí, si las vas a usar como apertura de tu libro, asegúrate de hacerlo bien.
Pero este tipo de comienzo no necesita ser solo con descripciones, lo mejor es establecer el mundo en base a mostrar tu personaje interactuando en él. El Señor de los Anillos de J. R. R. Tolkien hace esto (otro más con mil letras en su nombre, argh).
Ahora, aquí viene una advertencia sobre los comienzos:
Por lo que vi en el vídeo que mencioné creo que, si bien todos tenemos distintos gustos sobre los que nos gusta leer, hay un consenso general sobre un tipo de comienzo:
13-Con exposición.
Iniciar con una exposición sería como esos cuentos que empezaban “érase una vez...” o “había una vez...”. Hay muchos libros que, aunque no empiecen con esa frase, hacen exactamente lo mismo. Tienen un prólogo o especie de prólogo en el que explican con todo detalle el mundo en el que vamos a entrar, los personajes o el trasfondo de la historia.
El consenso general, al que yo me adhiero, es que a nadie le gusta este tipo de apertura. Cualquier choclo de texto que no hace más que explicarle las cosas al lector es aburrido e irrespetuoso, y esto sin importar que sea el comienzo, en el medio o al final, y sin importar que tanto empeño pongas en hacerlo sonar misterioso.
Este tipo de exposición hace que el lector sienta que lo estás tratando de tonto, como si no pudiese averiguar o comprender las cosas por sí mismo. O también puede hablar mal de ti, puede dar la impresión de que recurriste a esta técnica porque te daba flojera mostrar esta información en lugar de contarla.
En conclusión, este es sin duda el tipo de comienzo que quieres evitar. El resto de ellos son las distintas cosas que a los lectores les gusta y puedes usar una de esas técnicas o combinar varias. Lo que me parecía relevante de esta entrada es mostrarte los diferentes tipos de lectores que existen y que, si alguien te dice que no le gusta uno de estos comienzos, no significa que a nadie le va a gustar.
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